tantas ruecas como esperanzas
en los sueños de las aldeas,
de los puentes de piedra agotados
de aguardar los pasos de un caminante.
lejos de las empalizadas,
donde cada noche la noche
deja en nuestros ojos su desafío,
y escarcha en la madeja del silencio.
cada pensamiento en su trigo,
cada naufrago en su taberna.
y algún sueño cansado de ahuyentarse
yace en las aldeas como el relente.