tantas ruecas como esperanzas
en los sueños de las aldeas,
de los puentes de piedra agotados
de aguardar los pasos de un caminante.
lejos de las empalizadas,
donde cada noche la noche
deja en nuestros ojos su desafío,
y escarcha en la madeja del silencio.
cada pensamiento en su trigo,
cada naufrago en su taberna.
y algún sueño cansado de ahuyentarse
yace en las aldeas como el relente.
4 comentarios:
Cuánto disfruto leyéndote! Te imagino como un mago, un dios todopoderoso, regalando vida a cosas inertes... y a nuestros pensamientos, claro. Muchas gracias.
El fuego, el frío y la noche son buenos compañeros para tejer en la rueca y soñar, sosegados, o lamentar perdidas y culpas... y esperar la llegada de lo inevitable.
¡Cómo me gusta, joder!
Vida simple pura, clara y sueños melancólicos tanto en las aldeas como en tus líneas.
Un abrazo
Gracias por llevarme a tu aldea.Un abrazo.
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